El profeta Elías se enfrentó a los sacerdotes de un dios pagano y la competencia sin lugar a dudas le dio la razón al profeta: solo hay un Dios
verdadero que puede hacer caer fuego del cielo.
Jesús es el único que ha afirmado ser Dios, pero también lo comprobó con sus obras, sus enseñanzas y los milagros y maravillas que operaban en su ministerio, de tal manera que sus discípulos creían que también podía hacer caer fuego del cielo.
Pero la mayor evidencia que sin lugar a dudas comprueba que Jesucristo es el Dios verdadero, es su propia resurección. Nadie más se ha levantado de entre los muertos.
Eso deja a todos los demás iluminados y grandes maestros en la categoría de seres humanos, pero Jesucristo es Dios.
